Cierre de SEDAMIL: “Decíamos que esta empresa no iba a cerrar nunca”

Cierre de SEDAMIL: “Decíamos que esta empresa no iba a cerrar nunca”

El 5 de mayo, los trabajadores textiles de Sedamil comenzaron un proceso de lucha en defensa de sus salarios y contra el cierre de la fábrica. A partir de aquel día, decidieron emprender una toma pacífica, instalando una carpa en las afueras de la planta ubicada en el Parque Industrial de Trelew.

En los días posteriores al inicio del acampe, la empresa comunicó a los trabajadores la opción de los retiros voluntarios, dejando la puerta entreabierta a la posibilidad del cierre definitivo.  La medida de fuerza persistió y los trabajadores lograron que los dueños pagaran parte de la deuda que mantenían con ellos. No obstante, al menos 200 trabajadores aceptaron la negociación del retiro voluntario y se redujo el número de obreros que sostenían la medida. Hasta este último miércoles, aproximadamente 85 operarios resistían el cierre y los despidos.

Finalmente esta semana, tras varios meses de conflicto, la patronal comunicó el cierre definitivo de la planta de Sedamil ubicada en la ciudad de Trelew. Alberto Sánchez, uno de los trabajadores que resistió hasta el final, conversó con #RadioSudaca, y se refirió al proceso de lucha: “Estuvimos dos meses y medio sin cobrar. Eso motivó que nos viniéramos a instalar en las afueras de la fábrica con un acampe pacifico. Utilizábamos solo el comedor y el baño de la empresa.

Logramos que la empresa nos pagara, pero lamentablemente iban pasando las semanas y cada vez se hacía más fuerte el rumor de que iba a cerrar. Después tuvimos que empezar a pensar en la posibilidad de un retiro, que es lo que habían ofrecido en ese momento. Muchos compañeros se fueron en un primer momento y luego iban haciendo el arreglo con la empresa. Entonces, los trabajadores que quedamos resistiendo nos negábamos a aceptar ese acuerdo porque creíamos que podía haber una mejora y seguimos resistiendo hasta el final”.

En relación a la propuesta inicial que ofreció la empresa sostuvo: “Nos ofrecían pagarnos el 100 por 100 de la indemnización en 12 cuotas. Otra opción era que nos pagaran el 65% en 6 meses, pero ya tenías que resignar gran parte de lo que te correspondía; o te pagaban un 30% en 1 solo pago. Imagínate… Perdías 70 % de tu indemnización, era una cosa que nosotros bajo ningún punto de vista veíamos como positiva”. Asimismo, expresó cómo fueron transcurriendo los días en el acampe: “La lucha fue muy dura. Atravesamos el invierno más cruel de los últimos 20 años; en pleno contagio comunitario y nosotros todos amontonados acá peleando por nuestro salario(…) Sufrimos mucho y padecimos un montón de situaciones porque nos cortaron la luz, pasamos mucho frío, mucho hambre porque no cobrábamos nuestro salario”

Alberto Sánchez, trabajador de Sedamil.

El desgaste producto de la misma lucha y la dilatación del conflicto en el tiempo, provocó que los 4 delegados sindicales que representaban a los operarios aceptaran los retiros voluntarios abandonando su rol. Frente a esta situación, un grupo de 85 obreros continuaron la pelea, lograron organizarse y negociar con la empresa un nuevo acuerdo para terminar el conflicto, aunque esto representara la pérdida de la fuente laboral.

“Empezamos a intentar el contacto directo con el dueño de la empresa y al final lo logramos. Eso motivó que empezaran las negociaciones y logramos un nuevo acuerdo que se aprobó en una de las últimas asambleas que tuvimos que es mejorado al anterior con un 10% más y conseguimos el achicamiento de cuota. Ahora lo que estamos haciendo es ir a la Secretaría de Trabajo a firmar ese nuevo acuerdo”, manifestó Sánchez.

Cuando se le consultó sobre los sentires personales en relación a los años de trabajo dejados en Sedamil, expresó con melancolía y resignación: “Llevo 36 años trabajando en esta empresa. Yo la vi crecer, vi como tirábamos paredes con una maza para seguir ampliando para atrás. La vimos crecer en diferentes aspectos. Cambiamos máquinas obsoletas por nuevas y decíamos “esta empresa no va a cerrar nunca”. Hoy en día es una de las empresas más modernas, con un laboratorio sofisticado, con maquinaria de primera línea a nivel mundial. La última máquina que trajeron el año pasado es una estampadora digital. Esta empresa tiene 45 años”.

Alberto Sánchez, trabajador de Sedamil.

Para finalizar, agradeció el apoyo de la comunidad y lamentó la situación a la que se enfrentarán después de su paso por la textil: “Somos 300 trabajadores que vamos a engrosar ese número, esa lista inmensa de desocupados que hay en Trelew. Somos una de las ciudades con el mayor índice de desempleo del país. Es lamentable porque muchos de nuestros compañeros, entre los cuales me incluyo, quedamos fuera del sistema laboral, ya no tenemos posibilidades. Un compañero que ya cumple más de 50 años ya no lo toman. Las expectativas que tenemos se tratan de seguir luchándola porque la vida se trata de eso,  pero va a ser difícil para muchos compañeros”.


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