Por Sebastián Sayago
No está bien que un gobierno le mienta al pueblo ni que lo tome por un montón de tontos, a los que se puede estafar una y otra vez.
El gobernador Arcioni pretende habilitar la megaminería en Chubut y nada lo hará cambiar de opinión. Es una decisión tomada. Cuenta con el respaldo del gobierno nacional, de las dirigencias de varios sindicatos y de varios actores políticos (entre ellos, el diputado Sebastián López, recientemente famoso por pedir coimas a empresas mineras).
Para llevar a cabo este objetivo, convocó a un evento que apunta a simular un diálogo abierto y democrático con diferentes sectores de la comunidad. En realidad, se trata de un circo, de algo organizado a las apuradas, para dar cierta idea de participación y democracia y así legitimar un poco más el cuestionable proyecto de zonificación.
Entre lo ridículo y lo patético
Como el proyecto fue objetado, entre otras cosas, por la falta de consulta a instituciones científicas de la provincia y a organizaciones sociales, el Ejecutivo improvisó un circo titulado “Diálogo Participativo con una visión del Desarrollo productivo de la Provincia para el futuro” e invitó a participar a diversos sectores. Se desarrollará la semana próxima y consistirá en 15 “reuniones de trabajo” a través de Internet.

La propuesta confirma el estilo improvisado y antidemocrático del gobierno.
1) Falso encuadre. El párrafo inicial de la nota de convocatoria dice “A partir del proyecto presentado el pasado 20 de noviembre del 2020, a la Honorable Legislatura Provincial, nos proponemos continuar enriqueciendo el documento con los aportes y observaciones que usted pueda hacer desde el lugar de representación y función que ejerce en la vida pública de la Provincia”. En otras palabras, el encuentro no está pensado para plantear otras alternativas de desarrollo para Chubut, no se invita a debatir sobre modelos de producción sustentables, que respeten la naturaleza y la forma de vida de los vecinos y vecinas de la región. Es una obligación hablar acerca de la megaminería como única opción productiva.
2) Imposibilidad de debate real. El gobierno definió este evento como una “mesa de trabajo”, pero, en los hechos, está pensado como una secuencia de brevísimas exposiciones sin la posibilidad de un debate reflexivo. Cada expositor tendrá aproximadamente 15 minutos (o menos) para poder hablar, un tiempo que es insuficiente para plantear argumentos profundos, desarrollar una discusión en torno a estudios científicos y a problemáticas complejas. Todo se reducirá a una seguidilla de opiniones, las que, además, ya fueron planteadas públicamente.
3) Manipulación de expositores. Llama la atención que el gobierno no incluya entre los expositores a las organizaciones socioambientales, siendo que estas han impulsado dos proyectos de Iniciativa Popular contra la megaminería. La segunda, respaldada por más de 30.000 firmas, ingresó a la Legislatura el año pasado antes que el proyecto oficial. Al mismo tiempo, abre la participación de dirigentes gremiales que se han pronunciado a favor de la megaminería. Algunos de estos sindicatos tendrían injerencia directa en la actividad, otros no (como los petroleros). Por supuesto, no se convocó a ningún gremio estatal, aun cuando ellos tendrían bastante para opinar acerca del desarrollo productivo de la provincia y el débil rol que el proyecto de zonificación minera atribuye a la educación y la salud públicas.
4) Improvisación. El apuro en la realización de este simulacro de debate revela la desesperación del lobby minero luego de la imposibilidad de aprobar el proyecto de zonificación en diciembre. Recién este sábado 15, se difundió una gacetilla de prensa anunciando un debate “amplio y democrático” que se realizará desde el lunes 18 hasta el viernes 22. Claramente, fue algo armado a las apuradas y, en el medio, otra vez dejan afuera a la comunidad. Esta situación es particularmente incómoda para las instituciones científicas y académicas, que están en receso estival y no pueden reunirse de emergencia para tratar este asunto. El conflicto no sorprende porque, desde su inicio, el proyecto de gobierno fue contra la lógica de las organizaciones científicas.
Segunda Iniciativa Popular
El gobierno realiza acciones que apuntan a invisibilizar el proyecto de Iniciativa Popular presentado en la Legislatura. Hace de cuenta que esa propuesta no existe, que las más de 30.000 firmas que la avalan son insignificantes, que las miles de personas que el año pasado se han movilizado en toda la provincia, exigiendo su tratamiento, no son importantes.
No puede haber una discusión seria del futuro de la provincia si no se considera la voz del pueblo.
No debe olvidar Arcioni que él fue electo gobernador gracias a que juró oponerse a la megaminería.
No deberían olvidar los legisladores que ninguno de ellos incluyó la habilitación de la megaminería en su propuesta electoral.
El pueblo de la provincia de Chubut se ha expresado con contundencia, en más de una ocasión. No está bien montar un circo para burlarse de él.
No está bien hacer pasar una farsa por democracia.