La Policía de Chubut irrumpió en el barrio Sin Fronteras con una orden de allanamiento para las 24 familias que se residen allí. Las y los vecinos denunciaron hostigamiento y violencia por parte de los efectivos.
El sábado 31 de octubre, alrededor de las 10 de la mañana, la Policía de Chubut ingresó al barrio Sin Fronteras, ubicado en el Paralelo 42 entre la localidad de Lago Puelo (Chubut) y El Bolsón (Río Negro), con una orden de allanamiento firmada por un juez de la ciudad de Esquel. También se hizo presente en el lugar personal de policía científica y un agrimensor acompañado de un ayudante de campo que, según lo notificado por el Comisario César Lobos a las familias, iban a medir la superficie de los terrenos.
Luego de la llegada de las fuerzas de seguridad, las familias se comunicaron con medios alternativos y comunitarios de El Bolsón y El Hoyo para denunciar que fueron amedrentados y hostigados por los efectivos. Del mismo modo recordaron que no es la primera vez que sufren la intromisión estatal en el barrio.
El barrio Sin Fronteras se ubica en una zona de bosque nativo en donde predominan especies de árboles centenarios como cipreses o maitenes. Las y los vecinos afirmaron que permanecen en terrenos que se encuentran abandonados hace más de 20 años y son pretendidos, principalmente, por terratenientes y empresas que desarrollan negocios inmobiliarios.
Las 24 familias decidieron radicarse en ese espacio durante los primeros días de septiembre, porque necesitan que sus demandas habitacionales sean atendidas por las instituciones y funcionarios/as estatales. No se trata de un capricho, es un derecho que se encuentra formalizado en la Constitución Nacional, precisamente, en el artículo 14 bis que establece que el Estado debe garantizar “la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna”.
Ante la falta de respuestas y el desmejoramiento de sus condiciones de vida, edificaron sus viviendas en estos terrenos y crían animales como modo de proteger el bosque nativo de los intereses privados. A la vez, apropiándose del espacio intentan frenar la tala indiscriminada de árboles históricos: “Viene gente que quiere talar los árboles. Nosotros estamos aquí en estas tierras tratando de cuidarlas. Planteamos proteger estos espacios que son tan codiciados por los terratenientes, la gente rica. Sabemos que en la Comarca la mayoría de los barrios se fueron construyendo de esta forma, que es la más natural que tenemos nosotros/as, la gente pobre”, informó una vecina a Radio Fogón.
Cabe destacar que en el lugar se encuentran dos vertientes de agua dulce, una de las cuales fue cercada con alambre por parte de privados. Esto motivó que las y los integrantes del barrio se organizaran y realizaran la denuncia correspondiente en el Instituto Provincial del Agua (IPA), pero no fue tratada por los responsables de la institución estatal. De allí que insisten en la defensa del territorio en donde se ubican.
Al igual que en Guernica y en Fiske Menuco (Gral. Roca), ciudadanos y ciudadanas de El Bolsón decidieron establecerse en territorios abandonados, recuperándolos para poder ejercer su legítimo derecho a tener un lugar digno donde vivir. Pero además, recuperaron los territorios para impulsar proyectos productivos y generar conciencia socio-ambiental, preservando el bosque nativo y las fuentes de agua dulce.
Es hora de que el Estado asuma su rol como garante de derechos y resuelva el déficit habitacional que se evidencia en diferentes provincias del país, que se ha agravado por el empeoramiento de las condiciones de vida de las y los ciudadanos a raíz del contexto de pandemia.