El 2 de marzo de 2017 eran masacrados en una comisaría de Pergamino (Buenos Aires) Sergio Filiberto, Alan Córdoba, Jhon Claro, Fernando Latorre, Federico Perrota, Juan “Noni” Cabrera y Franco “Paco” Pizarro.
Los jóvenes estaban alojados en una comisaría cuando se desató el fuego en un trozo de colchón. Los policías que debían cuidarlos nada hicieron, ni a los bomberos llamaron. Dejaron que el fuego se extendiera por los calabozos. Los pibes, mediante mensajes texto, comenzaron a pedir auxilio a sus familias. Los bomberos llegaron gracias a vecinos que llamaron, pero lo peor ya había ocurrido. Siete pibes habían sido masacrados.
Por el caso será juzgados los policías Sergio Rodas, Alexis Eva, Matías Giulietti, Brian Carrizo y Carolina Guevara, junto al ex comisario Alberto Donza (que estuvo prófugo más de un año). La justicia los juzgará por el delito de abandono de persona seguido de muerte, por lo que podrán recibir condenas de entre cinco y 15 años de cárcel.
“Saltando muros”, el informativo de la mañana de Radio Sudaca, habló con Silvia Rosito, la mamá de Fernando Latorre una de las víctimas. “Los chicos empezaron a protestar porque los habían encerrado, comenzaron a golpear las rejas y pedir que los sacaran”, contó Silvia. “Nadie sabe cómo ingresó el fuego, y a mi me queda la duda. Era un fuego apagable y los policías no hicieron nada y cerraron las rejas y obstruyeron el paso a los bomberos, y hasta perdieron las llaves”, relató.
El caso se conoció como un motín, ante la indiferente mirada de la localidad de Pergamino sin embargo, con el paso del tiempo, la mirada cambió contó Silvia: “fue doloroso transitar éste tiempo donde la sociedad no nos acompañó pero con el tiempo logramos dar vuelta todo esto; hoy en Pergamino ya se llama la Masacre de Pergamino”, destacó.
Si bien en septiembre serán juzgados los responsables policiales, Sivia pidió también que la justicia avance con los responsables políticos y judiciales: “Responsabilidades tiene los policías por no hacer nada, pero también hay responsabilidades políticas y de jueces“. Silvia recordó que había chicos que estaban por salir, pero que también, como ocurría con su hijo, había chicos detenidos desde hace meses sin condena.
El caso fue llevado a un libro que se llama “No fue motín. Crónica de la Masacre de Pergamino”, escrito por Leandro Albani editado por Sudestada. Silvia destacó al escritor por haber seguido el caso desde el principio: “Con su libro humanizó a los chicos, que tenían su vida, sus proyectos, que más allá del error cometido eran personas”, concluyó.
La crueldad de la “maldita policía” , con incendios que nadie ve ni intenta apagar, no es exclusividad de la policía bonaerense. En 2015 Mauro Castaño, era prendido fuego en la Comisaría Primera de Trelew. Se hallaba en un calabozo pese a que lo habían llevado por una contravención. Mauro agonizó 10 días. Cuatro policías fueron condenados.